domingo, 27 de junio de 2010

Primer capítulo de las ladronas celestiales. Jeanne D'arc

Les mesdemoiselles de la rosa blanca
-¡¿Cómo que les mademoiselle de la rosa blanca?! ¡Será de la rosa negra!
-De eso nada, ¡blanca!
-¡Negra!
-¡Blanca!
-¡¿Ah, si?! Pues luchemos para ver de que color se queda.
-¿Y cómo, si se puede saber?
-Con una lucha milenaria, el: piedra, papel y tijera.
-Eso está hecho.
-Piedra, papel y tijera, un, dos, tres, piedra las dos; piedra, papel y tijera, un, dos, tres, papel las dos, cachis; piedra, papel y tijera, un, dos, tres, tijeras las dos, contra ya me estoy cabreando; piedra, papel y tijera, un, dos, tres, ¡ja! Te gané se queda con la rosa negra.


I. Les mesdemoiselles de la rosa negra


<< ¿Quién anda ahí? No te escondas te he visto pero, ¡si tienes alas!>>
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-¡Marta despierta que llegas tarde!- era la voz de una madre enfadada.- ¡Como llegues tarde te la vas a cargar!
-Ya, ya voy su sargento-dijo Marta G.
-¡Soldado, a vestirse y a desayunar!... ¡Pero mira las cosas que me haces decir!, venga, rápido, ¡que te voy a dar pal pelo!

… … … … … … … … … … … … … …

<< ¡¿Qué está pasando aquí?! , ¡¿Quién demonios eres?!>>
<< ¡Vigila esa lengua! ¡Que soy un ángel, so tonta!>>
<< ¡Perdona, de tonta nada, que eres tú la entrometida que se ha metido en mi sueño!>>
-¡MARTA! ¡Despierta de una vez y deja de pegar y gritar a la almohada!- Gritaba otra madre enfadada en la otra punta de la ciudad
-¡Señora, si señora!-
-No empecemos…
-Es que parece un sargento mi señora
-¡Anda, déjate de tonterías y ponte a desayunar, que tu padre os está esperando en la mesa.
Mientras Marta M. se dirigía al salón oyó como su madre entraba en la habitación de su hermano y gritaba atacada:
-¡Enrique, despiértate ya y deja de sobar la almohada! ¡¡¡¡¡¡¡¡Y recoge esta habitación, que parece una cochambrera!!!!!!!!
-¿Qué, ya está mamá de sargento?- preguntó su padre con  una sonrisa de oreja a oreja cuando Marta M apareció en el salón.
-Si papá, buenos días papá

… … … … … … … … … … … … … …

-¡Marta, corre!-Pensaba Marta G.
-Corre, Marta, corre; por favor, que no halla llegado el de Sociales-Pensaba Marta M.
En ese momento, llegaron a la entrada.
-Hola Marta- dice Marta G
-Hola Marta- dice Marta M
Muac, Muac
-Corre que llegamos tarde- dice Marta G
-Tarde no, tardísimo-dice Marta M con desesperación.
-¿Te imaginas que al final no haya clase?
-Primero, es imposible y segundo, eso solo ocurre en las novelas cutres
En el momento en el que llegaron, percibieron que en la puerta había un pequeño cartelito que rezaba:
 “Lamentamos las molestias pero el IES Isabel de España va a estar cerrado durante las próximas dos semanas por reparación de daños causados durante las vacaciones de Navidad”
Marta M leyó lo que decía el cartel y… se cayó de culo.
-Esto no es normal, tanta carrera para nada, ¡qué decepción!
-Sin comentarios- dijo Marta G terminando de leer el cartel.
Marta M se levantó frotándose el culo.
-¡Qué daño!- se quejó.
-Bueno, ¿vamos al patio o a la cueva?- propuso Marta G.
- A casa, ¿tal vez? ¡No seas tonta, no hay clase!- le recriminó Marta M.
-Tienes razón- se disculpó Marta G- ¿Vamos a mi casa?
-Si tantas ganas tienes- se hizo la interesante Marta M.
-Si es que mi madre se fue al sur y no volverá hasta la una y si no me aburro venga ven, Abuuuuuuuu…
-Si tanto te apetece, me da lo mismo, espera, que llamo a mi madre y la aviso.- dijo cogiendo el móvil y marcando el número. Tras una corta espera respondieron.
-¿Si?
-Ma, no hay clase y me voy a casa de Marta García ¿vale? OK, ¡ciao!
Colgó el teléfono y continuó caminando.
-¿Qué te dijo?- preguntó Marta G con impaciencia.
-¡Bah!, lo de siempre, que me porte bien, no de mucho la lata y no vuelva más tarde de las diez, lo normal.
-Oye, ¡no te pases!
-No me paso, es lo normal.
-Lo normal en tu casa, mi niña.
Y mientras discutían, no se habían dado cuenta deque casi habían legado a la casa de Marta G.
-¡Mira, tu casa!- trató de finalizar la pelea Marta M, para que no estuvieran así todo el día.
-Si, tú distráeme para que dejemos de discutir, bueno, vamos a entrar, ¡ups!- exclamó Marta G.
-¿Qué pasa?- dijo Marta M con cara de: Marta, ¡¿Qué has hecho?!
-Creo que me ha dejado las llaves arriba- dijo con la voz aguda a causa del miedo por la reacción de Marta M.
-¡¿Tu eres tonta o que te pasa?! ¡¿No está tu madre y te dejas las llaves?! ¡¿Cómo pensabas subir?!-gritó Marta M hastiada, tras lo cual, soltó una larga retahíla de tacos, haciendo que Marta G se encogiera.
-Hombre, es que mi madre volvía a la una e hipotéticamente tendríamos que estar en clase de sociales comparando al profe con George Clooney y tendríamos que salir a las dos ¿No crees que no me harían falta las llaves porque mi madre estaría en casa?-trató de argumentar Marta G con Marta M.
-¡Por qué crees que las llevo siempre encima! ¡Por si pasa algo como esto!- gritó Marta M muy cabreada.
Sin darse cuenta se habían enzarzado en otra discusión estúpida, mientras unos seres las observaban discretamente. Uno de ellos con gran agilidad se introdujo en la casa de Marta G, cogió las llaves y al intentar salir, se engancha con el borde de la ventana y se le caen las llaves en la cabeza de Marta G, que se desmaya.
-¡Marta! ¡Despiértate que estamos discutiendo! ¡No te permito que te hagas la dormida para librarte de la discusión! ¡¡Marta!!- le gritó Marta M abofeteándola con mucha dureza.
-¡¡Ah!! ¡Marta, no me pegues!, oye, mira las llaves- exclamó Marta G.
-Sin comentarios- dijo Marta M mirando hacia arriba, hacia la ventana de Marta G- M…M… ¡Marta! ¡¿Qué es eso que hay en tu ventana?!
-Tiene el pelo verde, alas, parece un muñequita… ¡No fastidies…!-dijo Marta G abriendo la puerta de la entrada y corriendo hacia las escaleras como alma que lleva el diablo.
-¡Espérame, so loca!- gritó Marta M saliendo disparada tras ella.
Al llegar a la puerta, Marta G se dio cuenta que Marta M la estaba persiguiendo, se asustó y trató de abrir la puerta con todas las llaves, pero ninguna funcionaba, le dio con el dedo a la puerta y Marta M dijo:
-¡Esta niña es tonta! ¿A quién se le ocurre dejar la puerta abierta? ¡Cómo te hayan robado me río y te pego! ¡¡So tonta!!
Entraron y comprobaron que todo estaba en su sitio, hasta que Marta M entró en un cuarto al lado de la sala de estar y gritó:
-¡Marta, recoge tu cuarto, por el amor de dios! ¡Esto parece una pocilga!
-Ya, es que hoy nos toca la limpieza Jiji- se rió tímidamente- Espera, ¿por qué entramos tan estrepitosamente en mi casa? Es que no me acuerdo.
-¡Ay! Deja que yo te refresque la memoria, ¡¡¡¡¡Estoy a punto de caerme por la ventana!!!!!- dijo en ese momento el ser.
-Marta, ¡cógela, corre!- chilló desesperada Marta G.
-Esta bien, pero…- empezó a decir Marta M.
-¿Qué pasa?- preguntó el ser.
-¡Tienes alas, so tonta! ¡No te vas a caer porque volarías!- le gritó Marta M.
-Es verdad- dijo el ser soltándose sin necesidad de que las Martas la ayudaran.
-¡Oye tú, no grites a Finn que te pego!- dice el otro ser entrando también por la ventana.
-¡Hombre, pero mira quien está aquí, la entrometida!-exclamó Marta M.
-¡De entrometida nada, monada!
-Gracias por el halago.
-¡¡No era a ti, so tonta!!
-¿A no?, ¿entonces a quién era, a tu amigo invisible?
-Hola, estás bien- le preguntó Marta G al ser.
-Si, gracias, me llamo Finn y soy un ángel en prácticas.- dijo el ser dulcemente- y tu eres Marta, ¿verdad?
-Vaya, sabes mucho de mi- dijo Marta G curiosa.- ¿Y quién es ella?
-¡Ah! Ella es Fann mi hermana, también está en prácticas- le explicó Finn.- ¿Quién es ella?
-Es una amiga, bueno….
-Si se la pude llamar así- dijeron a la vez.
-Oye, las peleas de Fann… ¿Cuánto duran?- Preguntó Marta G.
-Depende- le respondió Finn encogiéndose de hombros.
-¿De qué?- se interesó Marta G.
-Del cabreo que tenga, y como la veo le durará unos dos o tres días.- dijo Finn con poco interés.
-¡Anda, cómo a Marta!- exclamó sonriendo Marta G.
-¡Eso no es cierto!- chillaron Marta M y Fann a la vez.
-¡Yo no me parezco a esta estúpida!- volvieron a chillar fulminándose con la mirada.
Siguieron discutiendo una o dos horas más hasta que Marta G y Finn gritaron:
-¡¡Ya basta!!
-Que lleváis dos horas así, contra- gritaron ambas fulminándolas con la mirada.
-¡No es cierto!-Volvieron a coincidir Fann y Marta M.
-Mira,- dijo Marta M cabreada- vamos a dejar de pelear, ¿tregua?
-Tregua- coincidió Fann chocando las manos a modo de pacto de paz.
Se sonrieron y Marta M dijo:
-Ahora que me fijo, si no fuera por el pelo verde y las alas, vosotras dos seríais iguales-constato Marta M refiriéndose a Marta G y Finn.
-¡Es verdad, qué fuerte!- coincidió Fann.
-Bueno, ya terminada la pelea y echas las paces, ¿nos podríais explicar por qué estáis en mi casa?- preguntó Marta G.
- Es que…- dijo Finn mirando a Fann, la cual le asintió para que siguiera hablando- Dios me ha mandado a buscar a la reencarnación de Juana de Arco.
-¡Eso no es cierto, me lo ha mandado a mi!-gritó Fann escandalizada.
-De eso nada, que Dios me lo dijo personalmente- presumió Finn.
-Y a mí, ¡so estúpida!- dijo Fann con voz burlona.
-Y después eres tu la que dice que no se metan conmigo.- le reprendió Finn.
-¡Mira, no me toques las narices!-dijo Fann cada vez más cabreada- ¡Qué no está el horno para bollos!
-¡Dejaos de peleas!- gritó Marta M más que harta de estas broncas- ¡A ver, Fann explica tu versión de los hechos, luego Finn explicará la suya!
En ese momento, las dos pararon la pelea y respiraron hondo, mientras Fann se preparaba para comenzar su versión de los hechos.
-Era una calurosa y oscura noche de verano…
-¡Fann déjate de estupideces y cuéntanos lo que pasó sin da tantos rodeos!-le reprendió Marta M.
-¡Vale, vale…! Yo solo quería darle algo de emoción a la historia. Bueno me llamaron del despacho de Dios y cuando llegué me pidió que buscara a la reencarnación de Juana de Arco. ¡Contentas!- exclamó Fann sin andarse por las ramas.
-Bueno, ahora te toca a ti, Finn- le dijo Marta G al ángel.
Pero Finn estaba callada, con los parpados cerrados.
Marta G fue a tocarla y de pronto se dio cuenta de que…
-Marta- le dijo a Marta M- creo que se ha quedado dormida.
-¡Finn, so tonta, despierta, no te permito que te duermas mientras explico mi versión de los hechos!- le gritó Fann a Finn al oído- ¡esto es increíble!
-¡Qué ha pasado, yo estaba durmiendo, digo… no estaba dormida- dijo Finn.
-Yo no se a quién se parecerá, pero a mi no- dijo Marta G.
-¡No qué va!- gritaron Marta M y Fann sarcásticas.
-Bueno, voy a contároslo- dijo Finn seria.
-Yo estaba revoloteando por el jardín de jazmines alados, un tipo de flor del cielo, cuando Eve la mano derecha de Dios me mandó a llamar de parte de Dios, el cual me dijo: “Finn el demonio ha estado mandando durante… bla bla bla…- continuó Finn durante los siguientes largos y tediosos veinte minutos.
-Bueno, y eso es todo- finalizó Finn.
-y después nos quejamos de Fann…- dijo Marta G desperezándose.
-¿Qué dices de quedarnos de Fann?- preguntó Marta M entre bostezos, levantándose del suelo, donde había caído dormida.
-Jo, habéis pasado un kilo de mí- dijo Finn con aura marginada.
-¿Pasado un kilo? ¡Que va, solo nos aburrías!- dijo Fann con indiferencia dándose la vuelta.
-Bueno, dejémonos de tonterías- dijo Finn seriamente.
Las otras tres la miraron con cara de “mira quien fue a hablar”.
-La cuestión es- determinó Marta G- si buscáis a la reencarnación de Juana de Arco ¿qué hacéis en mi casa?
-Es que Marta M es la reencarnación de Hanna Montana- dijo Fann medio dormida.
-¡De eso nada!- gritó Marta M sobresaltando a Fann.
-Perdón, perdón, Juana de Arco- se disculpó Fann.
-No, es Marta G- dijo Finn.
Las dos se miraron.
-Para saberlo, hay que sacar  “eso”- dijo Finn.
-Encantada- la retó Fann.
Finn saco “eso” y exclamó escandalizada:
-¿¿¡¡Pero que pasa, aquí solo tengo la mitad!!??
Entonces Fann sacó también su “eso” y  gritó:
-¡¡Ah!! ¡¡Finn ya lo rompiste, el mío también está a la mitad!!
Y empezaron a discutir, y en eso estaban, cuando las Martas se alejaron y Marta G dijo:
-¿No te has dado cuenta de que esas dos cosas son lo mismo?
-Si,- dijo Marta M- creo que hay que unirlas.
Tras decir esto Marta M se hizo con una de las dos mitades y Marta G con la otra.
-Y… las unimos, ¿no?-preguntó Marta G.
Marta M la miró con cara de: “no, si te parece nos lo comemos”
-Indirecta pillada- dijo Marta G un poco asustada.
Las Martas  acercaron las dos mitades y… las dos mitades se unieron con un rayo de luz cegador tirando a las Martas a Finn y a Fann al suelo. Cuando pudieron abrir los ojos se quedaron maravilladas. Las dos mitades se habían convertido en un precioso rosario cuyas mitades eran de diferentes colores, una negra y la otra blanca.
Marta M abrió la boca y la volvió a cerrar sin encontrar nada que decir, los dos ángeles tenían los ojos anegados en lágrimas.
Entonces Marta G dijo:
-¡¡Me pido la parte blanca del rosario!!
-Y yo la negra, que significa maldad- dijo con una risa malvada.
-Pero si el rosario no se puede dividir- dijo Finn.
-¡Eso es lo que tu te crees!- exclamó Fann burlona.
Tras decir esto los ángeles notaron que las Martas se habían acercado al rosario como hipnotizadas, lo estaban cogiendo y….
-¡Mira, tengo la parte que quería!- exclamó contenta Marta M
-Y yo, ¡que guay! Oye, hay una notita en mi rosario, voy a leerlo:
“Queridas Finn y Fann: os dije y os expliqué con un gran discurso que no voy a repetir en mi inmortal vida…
-¡Ay va! también hay un nota en el mío, y parece la continuación de la tuya y dice…
“¡¡Cada una de vosotras tenía que buscar a una de las dos reencarnaciones de Juana de Arco, no que buscarais a una sola!!”
-Con cariño y besos de Dios todopoderoso etc…- terminó Marta G.
-Eso no lo pone- dijo Finn examinando las notas de las Martas.
-Ya, pero se sobreentiende- dijo con sarcasmo Marta G.
-Osea, que hay dos reencarnaciones de Juana de Arco- dijo Fann analizando la nota de Marta M con el ceño fruncido y la voz grave.
-Si- coincidió Finn pensativa.
-Vale, somos la reencarnación de Juana de Arco pero…- dijo Marta G.- ¿Qué tenemos que hacer?
-Robar- dijo sencillamente Fann con indiferencia.
-Ah, bueno, si solo es robar…¡¡robar!!- exclamó Marta M- ¡Estamos locos! ¿y qué tenemos que robar?
Mientras terminaba de decir esto sonrió y se restregó las manos maliciosamente asustando a Finn, Fann y Marta G.
-Una cosa, ¿qué tiene que ver robar con derrotar demonios?- replicó Marta M.
-A ver, no me diréis que tenemos que robar obras famosas porque ahí están los demonios- dijo Marta G con sarcasmo, poniendo los brazos en jarras.
Fann silbó mirando a otro lado y dijo:
-Finn, tenemos que hablar.
Los ángeles se alejaron y comenzaron a hablar entre rápidos susurros.
-Me da que has dado en el martillo- dijo Marta M con una risilla tonta.
-Mira, sin comentarios, ¡Y se dice en el clavo!- le gritó, dejándole restos de saliva en la cara.
-Estaba diciendo una de nuestras patadas al diccionario, so babosa- dijo Marta M sacando un pañuelo de seda y limpiándose la saliva de la cara- ahora voy a tener que volver a lavarme la cara y además desinfectármela.
En esos momentos Finn y Fann dejaron de cuchichear y volvieron al lugar en el que las chicas habían vuelto a comenzar una pelea, ¡qué raro!, tenían el semblante serio y se les estremecían las alas.
-¿Qué ocurre?- preguntó Marta G al ver el semblante tan serio de  ambos ángeles.
-Lo que pasa es que…- comenzó Fann- ¡Finn tiene diarrea!
-Nos tomáis el pelo, ¿verdad?- preguntó Marta M sin creerse la chorrada que acababa de soltar Fann.
-¡Pues claro!- dijo Fann burlona.
-El problema es que aun no sabemos como habéis podido averiguar lo del demonio y las obras- explicó Finn.
Entonces Marta G se dirigió a su cuarto y resolvió el misterio de esa adivinación.
-Es por esto- dijo mostrándoles la portada de un Manga.
-¡Ya contra!- exclamó Finn al ver el argumento.
-¡Friki!- le recriminó Marta M a Marta G.
-Mira, esto es o que Dios se ha copiado o la dibujante se enteró del plan celestial, cosa muy poco probable.
-¡Dios es un copión de primera y el demonio de segunda!- exclamó Marta M escandalizada.
-Sabes que Dios está en todas partes, ¿verdad?- le preguntó Finn.
-Lo sabe y le da igual- dijo Marta G.
-No es eso, solo constato hechos y el lo sabe- le dijo Marta M poniendo los ojos en blanco.
-Bueno, volviendo a lo de robar- redirigió Finn la conversación- No es robar propiamente dicho, solo tenéis que sellar a los demonios en piezas de ajedrez y al hacerlo las obras desaparecen, por eso la mejor tapadera es la de ladronas- determinó con convicción.
-¿Y para hacerlas desaparecer usamos bolis que salen de unos bastones y escribimos Jaque Mate?- preguntó Marta M burlona.
-¡Queréis dejar de hacerlo!- gritó Fann cabreada.
-¿Hacer el qué?- preguntó Marta  extrañada.
-Adivinar las cosas que vamos a deciros a continuación, además, lo de los bolis no venía en el Manga, aquí pone que los sellan con chinchetas.
-Es que se veía venir- dijo Mata M.
-Entonces, ¿aceptáis?- preguntó Finn seriamente, tendiéndole el rosario blanco a Marta G, en señal de pacto. Fann hizo lo propio con el rosario negro, enseñándole a Marta M cara de desafío.
-Jaque Mate- dijo Marta M agarrando el rosario.
-Yo no voy a ser menos- dijo Marta G tomando el rosario blanco, sellando de esta manera un pacto que las uniría durante muchos años.

2 comentarios:

  1. me encanta la historiaaa lo k no me gusta es k salga marta m
    con cariño de patricia mora la mejor amiga de marta g o Jeanne besosss

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  2. me encanta ese comentario
    firmado: Jeanne
    Kiss patri

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