IV. Un plan de locura y dos demonios mareados
-Marta, arriba- dijo Marta M con voz dulce- a levantarse.
-Pero... yo no quiero- murmuró lastimera Marta G mirando al despertador- ¡¡Son las seis de la mañana!!- chilló cogiendo el reloj y poniéndose en pie de un salto.
-Me suelo despertar a esta hora- se encogió de hombros Marta M- hazme un hueco- dijo metiéndose en la cama con Marta G y puso una bandeja con tostadas, galletas, dos chocolates humeantes y una pequeña taza de té- como mis padres nunca están en casa me tengo que preparar todo yo sola, además, mi hermano acaba de mudarse- dijo mordiendo una tostada. Ñam ñam
-Bueno, hoy hay salida, así que da igual, así podemos ir con calma- dijo con tranquilidad Marta G mientras comía las tostadas. Ñam ñam- Por cierto, ¿qué profesor va de acompañante? Ñam ñam.
-Don Armando, ñam ñam, ¿por?
Ñam ñam
-No se, por saber.
Ñam ñam
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Tras un largo viaje en guagua, las Martas llegaron al instituto y...
-¡Al fin llegasteis, chicas!- exclamaron Lived y Sward- ¡Llevábamos una hora esperándoos!
Las Martas se miraron y exclamaron:
-¡Oh no!
-Poneos en parejas, rapidito- gritó el profesor.
Las Martas se miraron y se abrazaron:
-¡Ya estamos!- chillaron.
-¡Cachis!- exclamaron los chicos- nosotros vamos juntos- dijeron con resignación.
-¡Todo el mundo a la guagua, ya!- gritó el profesor subiéndose a la guagua.
Las Martas subieron con rapidez a la guagua, pero, para su desgracia los dos chicos se sentaron tras ellas.
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La guagua se detuvo delante de la plaza de principal de Gáldar, donde se estaba celebrando el mercadillo de los viernes. Nuestras pobres protagonistastenían que aguantar a Lived y a Sward que no las dejaban en paz.
-¡Mirad!- dijo Carla, una compañera- ¡Qué escultura más bonita!
-Es la escultura de Mario di chelo- explicó Marta G, demostrando una vez más sus dotes de enciclopedia.
-Y tiene una antigüedad de 1000 años- terminó por ella Sward, guiñándole un ojo, lo que hizo que Marta G se estremeciera.
-¡Cha, coño!- exclamó Andrea, otra compañera- como no teníamos suficiente con un librito ahora hay dos.
-Están hechos el uno para el otro- dijo Lived pasando el brazo por los hombros de Marta M.
-¡Quita de ahí el brazo si no quieres que te lo rompa!- masculló Marta M.
Lived apartó el brazo rápidamente, pero no se alejo de ella. Las Martas hubiera deseado lanzarlos a un pozo, pero, por desgracia, no había ninguno a varios kilómetros a la redonda.
-Gracias a Dios, por fin hemos llegado a la cueva pintada- suspiró Marta G alivada.
Al oír la palabra “Dios” Lived y Sward se envararon, la tensión se reflejada en sus morenos rostros.
-Ocurre algo- susurró con sorna Marta M- estáis muy tensos.
-¡Cállate, Jeanne!- masculló Sward, haciendo que Lived y Marta M se tensaran.
-¡Eres imbécil o que te pasa!, nos has descubierto- le recriminó Lived.
-Por eso os acercasteis a mi amiga y a mi- dijo triunfante Marta M.
Lived y Sward sonrieron enigmáticamente.
-Exacto, y ahora que lo sabes todo, ten cuidado, Jeanne, vamos a por ti- dijeron.
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-¿En serio te dijeron eso?- preguntó Marta G sorprendida.
-Si, tía- le respondió Marta M estremeciéndose- me dio un mal rollo.
-Menudo berenjenal- suspiró Marta – oye, pero... ¿no saben nada de mi, verdad?
-No, no- se apresuró a responder Marta M.
-Uff, menos mal- suspiró Marta G
-Ya te digo
-Atención, ahora les mostraremos la joya más preciada de la exposición, La figura de Tara la original y mejor conservada que tantos años de esfuerzo nos ha costado encontrar- dijo Don Armando con orgullo.
-¿Nos?- preguntó Laura Mateos.
-Si, yo ayudé en la excavación- aclaró el profesor aún más orgulloso.
-Vaya, pues que bonita- dijo Amanda acercándose en exceso a la figura.
-¡¡No te acerques, es mía!!- exclamó el profesor montando en cólera, con voz demoníaca- Disculpen este pequeño lapsus, es que no se puede tocar, es muy frágil- añadió recuperando la compostura.
Las Martas se miraron con cara de “Lapsus no, demonio”
-Bueno, continuemos- dijo el profesor avanzando hacia la siguiente sala.
Las chicas se apartaron un poco del grupo y volvieron al lugar en el que se encontraba la figura de Tara. Marta G sintió la presencia de los chicos a su espalda, dándole un codazo a Marta M dijo:
-Oye,Jeanne, ¿esto tiene un demonio, ¿verdad?
-Si, Marta- dijo mosqueada- tiene un demonio.-¿Por qué no vas con el resto de la clase? Voy a ver como me encargo de él esta noche.
-Vale, adiós- dijo con chulería. Cuando ya se estaba yendo Sward la agarró del brazo y le susurró al oído:
-Apartate de esto, no va contigo
Marta G se fue con los puños cerrados con fuerza en los costados, pensando: “¿Cómo que no tiene que ver conmigo? ¿Qué se ha creído este? Yo también soy una reencarnación de Juana de Arcoy sobre todo... ¡¡Yo soy Jeanne!!” Y salió de la sala.
Cuando se cerró la puerta Marta M se dio la vuelta y se encaró a los hermanos oscuros.
-Si sacáis una foto os durará más- al no recibir respuesta dijo- ¿queréis algo?
-Solo queremos que te rindas- dijo Sward con sorna.
-Tu flipas en colores, chaval- dijo Marta con una sonrisa incrédula.
-Te lo recomendamos, por tu propio bien- dijo Lived amenazador.
-Mira, no me vaciles, porque no te va a funcionar- dijo Marta enfadándose de verdad.
-Estamos hablando en serio- dijo Sward.
-Yo también, dejadme en paz- dijo dando un portazo al salir de la sala.
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Marta M consiguió alcanzar a Marta G que aún seguía cabreada.
-¿Qué te han dicho esos dos payasos?- preguntó con el ceño fruncido.
-Unas sarta de sandeces- dijo Marta M.
La visita había terminado y la clase estaba en la plaza comiendo, por lo que Marta M sacaron a Finn y Fann.
-Menos mal, se me estaba quedando dormido el cuerpo- se quejó Finn estirándose.
-Me gusto como les hablaste a esos dos niñatos- dijo Fann con una sonrisa de autosuficiencia.
-Ya te digo- dijo Marta M con orgullo.
Ambas seguían sonriendo mientras Marta M explicaba lo que había ocurrido con pelos y señales.
-Les vamos a dar una lección que no olvidaran fácilmente- dijo confiada Marta G.
-Por cierto, aún no nos has contado de que va el plan- dijo Finn acordándose repentinamente.
-Yo tengo una idea- dijo Marta M mirando hacia otro lado pensativa.
-Creo que es la misma que he pensado yo- dijo Marta G mirándola con una amplia sonrisa- Pero lo primero es enviar el aviso- añadió guiñándole el ojo a Finn.
-Ok- respondió el ángel alejándose hacia el museo.
-Pues yo pensaba en otra cosa- dijo Marta M aunque seguía siendo ignorada.
-A ver, el plan era que como cuando nos transformamos somos casi iguales, una entretiene a los hermanos mientras la otra coge la pieza. Después inercambiamos los papeles de manera que acabaran mareados- explicó Marta G con una sonrisa triunfal.
-Pero es que hay un problema- dijo Marta M, aunque era como si hablara con la pared.
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Finn llegó al museo y se metió en la oficina del director, donde se encontraban Don Armando y el director, que charlaban alegremente.
-Las ladrona Celestiales van a entrar en escena- susurró Finn riéndose. La gema de su frente se iluminó y de ella apareció una carta- Una, dos y... ¡tres!- lanzó el mensaje con todas sus fuerzas clavándola en el suelo, a los pies del profesor. El director del museo se agachó y recogió la nota, tras leerla en su ceño se dibujó una profunda arruga.
-¡Hay que llamar a la policía, rápido!- gritó saliendo de la habitación.
Don Armando sonrió maliciosamente y leyó la nota en voz alta:
“Esta noche a medianoche en punto robaremos su hermosa escultura, la figura de Tara.
Las Ladronas Celestiales:
Jeanne y D'arc
Soltó una carcajada demoníaca y tiró con fuerza la nota a la basura.
-Bueno, esto ya está, voy a volver con las chicas- suspiró Finn y se volvió a la plaza.
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Cuando llegó al lugar en el que había dejado a las martas y a Fann se encontró una escena bastante peculiar: Fann y Marta G discutían hablando las dos a la vez, sin siquiera escuchar lo que decía la otra; mientras tanto, Marta M estaba sentada en una esquina encogida sobre si misma, balanceándose hacia delante y hacia atrás diciendo:
-Nadie me hace caso, pero yo no estoy loca
-¿Chicas?- dijo Finn extrañada.
-Hola Finn- le saludó Marta G- ¿Y esa cara?
Finn señaló el lugar en el que se hallaba Marta M.
-Marta, ¿te ocurre algo?- preguntó Fann.
Marta M no las oyó y continuó con su cantinela.
-Creo que si- dijo Finn torciendo el gesto.
-Dios mío- dijo repentinamente Marta M- sus majestades se han decidido a prestar atención a un ser indigno como yo- añadió con sarcasmo.
-Perdona, Marta, venga, explica- le rogó Marta G.
-A mi no me metáis que acabo de llegar- dijo Finn.
-¡Pues ahora no hablo, hala!- dijo Marta M- y ahora me enfado y no respiro.
-Vengaaa, Marta, abuu- dijeron Finn y Marta G con ojos de cachorrito.
Marta M miró hacia otro lado mosqueada, aún sin respirar.
-Va Marta, aguanta- le animó Fann ganándose las miradas recriminadoras de Finn y Marta G.
-Fann, no te metas- le dijo Marta G enfadada.
Fann le sacó la lengua y continuó animando a la otra Marta. Marta G mosqueada de verdad le dio un capón al ángel haciendo que cayera en los brazos de Finn desmayada.
-Primer problema resuelto- dijo sacudiéndose las manos.
-Vamos, Marta, dínoslo, por favor- le pidió Finn, con una cara que derretiría hasta el acero.
-No- dijo Marta M haciéndose de rogar, agarrando a la pobre Fann que veía las estrellas.
-Pues vale, entonces haremos mi plan- dijo Marta G resignándose.
-Pues no, por que ese plan tiene un enorme fallo- dijo Marta M cruzándose de brazos, muy pagada de si misma.
-Pues explica tu plan, doña sabelotodo- le gruñó Marta G un poco harta.
-Su plan tiene un gran agujero, señorita garcía- dijo como si fuera un fiscal.
-Marta, por tu madre, que no estamos en el Apollo Justice- le dijo Marta G cortándole el rollo.
-No se si te habrás dado cuenta, pero solo podemos hacer el Jaque Mate las dos juntas, separadas no es posible- dijo sonriendo triunfal.
-Ya, ¿no dije que después de marearles un rato nos juntamos y les hacemos Jaque Mate?- dijo Marta G sorprendida.
-No, usted ha dicho, y cito: “Una le distrae y la otra hace Jaque Mate”- dijo Marta M con voz chillona- bueno, mejor os explico mi plan, ya que tu parece que solo dices chorradas.
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Las campanadas de medianoche resonaron por la plaza de Gáldar nada más dar las doce. Dos sombras se deslizaron por el tejado de la catedral sigilosas, aunque...
-Marta, ¡¿Se puede saber para que coño te trajiste las botas de buzo, so merluza?!- chilló Marta M con dolor.
-Para aplastar a Sward, para que si no- dijo Marta G encogiéndose de hombros.
-Estúpida- susurró marta M sacudiendo la cabeza.
-Vale... ya me las quito... pero que conste que no podré aplastar a Sward sin ellas- se quejó Marta G.- Finn, es la hora- el ángel asintió y la gema de su frente se iluminó, el rayo que provenía de ella se reflejó en el rosario, lo que hizo que este se iluminara a su vez.
-Fann, comienza el juego- dijo Marta M, tras lo cual Fann hizo lo propio.
-Esto... Marta...- dijo insegura Marta G- vamos a saltar, ¿vale?
-Bien, Marta, vamos aprendiendo- dijo sonriente Marta M, aplaudiéndole.
Las dos jóvenes saltaron diciendo:
-Let's go
Tras saltar cerraron los ojos, se agarraron las manos y, sonriendo con complicidad, se llevaron los rosarios al pecho.
-Juana de Arco, préstanos tu poder- el tiempo se detuvo a su alrededor y se transformaron con la misma espectacularidad que la última vez.
-Fuertes y decididas-dijo Jeanne.
-Incomparables y maravillosas- continuó D'arc
-Enérgicas y valientes. Somos las Ladronas del Viento enviadas por Dios. Y, una vez más nos llevaremos esa falsa belleza.- terminaron de decir ambas.
Las chicas se separaron y se dirigieron cada una hacia una dirección distinta. D'arc fue hacia el museo, mientras que Jeanne se quedó en la catedral, a la espera.
-Que la fuerza te acompañe, D'arc- dijo esta riéndose.
D'arc se dio la vuelta y le propinó un capón a su compañera.
-Friki
Después se alejó, dirigiéndose una vez mas al museo.
“Me debéis una” pensó, cavilando en las tonterías que tendría que hacer a continuación “una muy grande”
Cuando llegó a la puerto se encontró a Lived y Sward.
-Mira quienes están aquí, tonto 1 y tonto 2- dijo con sorna.
-¿Por qué no te rindes ya, Jeanne?- preguntó Lived con una sonrisa socarrona- eres muy tozuda.
-Y tú un iluso al pensar que voy a rendirme tan fácilmente, Lived- dijo entrecerrando los ojos.
-Yo ya no soy Lived, niña tonta, ahora soy Claw- dijo este con altanería.
-Y yo Simbad- dijo su hermano.
-Da igual el nombre que tengáis, vais a morder el polvo de todas maneras- dijo dando un paso al frente, tras lo cual se pegó un tortazo impresionante. Soltó un quejido al levantarse, pero, volvió a caerse.
Bajó la cabeza, abochornada y dijo:
-Esta bien, vosotros ganáis, me rindo...
Los hermanos gritaron de alegría.
-Pero no sin luchar, ¡Ven a mi, Jeanne!- finalizó D'arc.
Jeanne surgió de entre las sombras y cayó encima de Simbad, dejándolo inconsciente.
-Esto por llamarla Jeanne, ¡Jeanne soy yo!- exclamó
-Y esto por que por vuestra culpa tuviera que hacer el tonto- exclamó D'arc pegando a Claw.
Las chicas chocaron las palmas. Pero entonces... D'arc se quedó inmóvil, con la mirada perdida.
-Esto... ¿D'arc, estás ahí? Toc toc- dijo Jeanne dándole dos golpecitos en la cabeza.- Jeanne llamando a D'arc...
La temperatura descendió hasta puntos alarmantes.
-Accidente... mucha gente muere...- dijo D'arc con voz gélida- gritos... carreras... lloros... agonía...
Su voz se apagó, dejando a una temblorosa D'arc en brazos de Jeanne.
-¡Ha sido horrible!- logró decir.
En ese momento, una enorme cantidad de focos las apuntó, cegándolas.
-¿Quienes son?- preguntó Claw elevando la voz por encima del ruido de los helicopteros.
-¡Es la poli!- chilló D'arc- ¡Qué hacen aquí!
-La carta...- dijo Jeanne abriendo los ojos como platos.
-¿Que carta?- preguntó Simbad, aún un poco noqueado.
“Salid con las manos en alto” se oyó una voz desde un megáfono “Tenemos el edificio rodeado”
-Rápido, Jeanne, el Jaque Mate- le apremió D'arc- Oh, no, el objeto está tras el cordón policial.
-Tranquila, ¿recuerdas el Petit Claire?
-Si, ¿por...?
-Recuerdas que en la misión anterior te comente que el Petit Claire tiene dos objetos- D'arc asintió- pues ha llegado la hora de usarlo. Petit Claire Double.
Del pequeño artilugio se dividió en dos.
-Jeanne, ¿esta es tu idea de artillería pesada?
-Calla y repite conmigo: Bouncing Ball
-Esto no me gusta.
-Hazme caso, jolines, D'arc.
-Bouncing Ball- De las dos mitades surgieron dos bolas, que las chicas cogieron, y el hilo que se unía a las bolas se pegó a sus guantes. Ambas elevaron las pelotas, haciendo que estas se pegaran en el techo, tras lo cual, el cable se recogió elevando a las jóvenes.
-Ciao- dijeron lanzando un beso al aire.
Lanzaron la pelota por encima del cordón policial, repitiendo la operación. Recogieron la estatua en un tiempo record y escaparon por una ventana.
-Adieu
Mientras escapaban, tuvieron la mala suerte de chocar con Simbad y Claw que les arrebataron la obra.
-Es nuestra- dijeron.
-¡Y una mierda!- exclamó D'arc dándole un patadón tremendo a Claw en las tripas.
-Fuera- dijo Jeanne haciéndole una patada giratoria a Simbad, echando a los dos ladrones del tejado.
-Por idiotas- dijeron sacando la lengua- vamonos- y se alejaron hacia una iglesia. Cuando llegaron se instalaron en el campanario, la zona más alta.
-Un momento...- dijo D'arc- ¿No te parece raro que el demonio aún no se haya manifestado?
De repente una presencia maligna salió de la figura.
-Con lo guapa que estoy callada, tenía que hablar- dijo D'arc frotándose la cabeza.
-En nombre de Dios- recitó Jeanne
-Vuelve a la oscuridad ente maligno- terminó D'arc sellando al demonio. Metió la pieza resultante en el bolsito que llevaba anudado a la cintura.
-Extracción completada
La figura de Tara había desaparecido. Pero... una sombra se acercó a la iglesia y dijo:
-Hola Marta, hola Marta, ¿Qué hacéis ahí arriba? Si que habéis cogido la manía de subir a sitios altos ¿eh? Y nunca me avisáis.
Miraron hacia el lugar y vieron... como no, a Laura Mateos. La joven las observaba con unos prismáticos, que ahora guardaba. Tras esto se fue.
-Vuelvo y repito... ¡Yo me quedo boba!- exclamó Jeanne incrédula.
-Oye, ¿no es un helicóptero de la poli en lo que se está subiendo Laura?- preguntó D'arc.
-Si, ¿y qué? Su madre es de la interpol.
-No jodas.
-Es bastante famosa, ha detenido a unos 9000 delincuentes, es el orgullo de Canarias, su especialidad son las trampas a los ladrones.
-No es posible, esto solo nos pasa a nosotras.
-¿Hay algún problema?- preguntó Jeanne sin entenderlo.
-A ver, laura es la única que sabe nuestra identidad secreta, ¿no?
-Ajá
-Y su madre es de la interpol
-Correcto...
-Pues como le diga algo a su madre estamos jodidas.
-Ya contra...
-Aleluya
Continuaron discutiendo unos minutos, tras lo cual cada una se dirigió a su casa.
… … … … … … … … … … …
Mientras tanto, Claw y Simbad se habían tenido que esconder para no ser encontrados.
-Nos la pagaréis, Jeanne y D'arc- exclamaron sombríos- vaya si nos la pagaréis...